Desayuno con diamantes.

    Hay maneras de encontrarse a si mismo, yo me encontré una vez hace mucho tiempo, sentía como si nada me pudiera detener, creía en que los hombres viven por sus ideales, viven por luchar por lo que ellos pretender vivir en un futuro, creía que yo, qué tu, y que el y todos vosotros, erais uno solo.  Intenté lograr encontrar la verdadera ecuación de lo posible, y al final solo me llevaba a una pregunta ¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué pertenecemos a este lugar? Con tal conclusión que me prometí, que si teníamos que pertenecer a algo sería al momento,  no a nadie,  los seres humanos no pertenecemos a nadie por miedo de que nos quieran encerrar en sus mentes, en sus pensamientos y en su consciencia.  Pero la consciencia no tiene nada que ver al respecto, nosotros no somos conscientes de aquello que nos rodea. Somos seres egoístas que gozan con el dolor del resto.  Somos personas que viven más allá de sus posibilidades con el miedo al “qué dirán”. Vivimos en una sociedad egoísta y materialista y al decir todo esto no nos damos cuenta de que nosotros pertenecemos a esa sociedad, nos cuesta admitirlo, pero si disfrutáramos un poco más y dejáramos de pensar en todos aquellos por qué, perdería mi tiempo en encontrar las maneras de besarte cada segundo, como si cada uno fuera el último. Qué me decís de nuestros tópicos literarios, y ese “Carpe diem” o “Tempus fugit”  Acaso no os han enseñado ¿qué es la vida?, ¿qué es el amor?
     Y después de cada reflexión de mi triste mente,  sigo intentando encontrar soluciones.