Desayuno con diamantes.

Es un día lluvioso, con algo de tormenta esparcida por aquel grisáceo cielo.  Cómo en cualquier película romántica yo estaría sentada junto a la ventana, mirando como cae cada gota de esa peculiar lluvia, pero ahora mismo estoy en aquel sofá viejo, con aquella mantita con la que solía taparme él cuando me sentía sola y triste. En ese entonces la lluvia tenia un significado distinto para mí,  con esto quiero decir, que yo corría y corría durante horas alrededor de esta bonita casa. Recuerdo aquellos sentimientos, ¡no tenia miedo a nada! Ahora mismo creo que no he conocido a nadie tan propensa a la estupidez como yo. Pero no hay solución, no puedo arreglar lo que hice, ni lo que pasó. Sueño con despertarme de esta pesadilla, sueño con que las cosas cambien y algún día vuelva a ser como alguno de los vividos en esa época de oro.